29.6.08

Carta Abierta a la Comunidad de Sociología - UFRO

Temuco, Junio 19 de 2008

Carta Abierta a la Comunidad de Sociología UFRO

Compañeras y Compañeros:

En atención a los sucesos y comentarios ocurridos en las últimas semanas que vinculan a los integrantes de la ex – orgánica de estudiantes con procesos poco transparentes respecto de la organización del Congreso Nacional de Estudiantes de Sociología 2008, los abajo firmantes declaran:

1. Lamentamos profundamente que no exista una vinculación efectiva entre las carreras de Sociología de Chile para la organización del Congreso de Estudiantes, sobre todo en el contexto del acuerdo de palabra tomado en el VIII Congreso Nacional de Estudiantes de Sociología de Santiago (UAHC), en el que las dirigencias de carreras de Sociología acordaron desarrollar la programación del IX Congreso de Sociología en conjunto para hacer de este un proceso participativo y desarrollado en comunidad.

2. En el contexto de lo anterior, tenemos registros de que la información de estos acuerdos se compartió con la comunidad de sociología en diversas oportunidades, desde el congreso anterior mismo, en la presentación y campaña eleccionaria 2007 y en comunicaciones dentro de este año, culminando este con la entrega completa que el compañero Gonzalo Serrano, el día 2 de abril del presente año, hizo del sitio sociologia9.cl a la actual dirigencia de la carrera, y específicamente al compañero Pablo Pinto Valenzuela, como único registrado de la actual dirigencia, teniendo presente que este sería el nodo de comunicaciones para los procesos acordados en Santiago. En todas las oportunidades, se hizo presente que existía la necesidad de vincularse con las carreras hermanas del resto del país. Además, se entregaron las claves de acceso del correo electrónico oficial de sociología, casocio@ufro.cl, y además, de sociología.org@gmail.com, correo de la orgánica 2006, que posee los contactos de las generaciones más antiguas de nuestra carrera. Por tanto, nos parece absolutamente sorprendente que, a estas alturas del año, no se hayan generado los vínculos propuestos en Santiago, y más aún, que se responsabilice a la anterior dirigencia de ello, toda vez que, por motivos personales que no entraremos a discutir, nos encontramos desvinculados de los procesos organizativos de la carrera.

3. Respecto de temas financieros, de los cuales también se ha responsabilizado a los integrantes de la anterior dirigencia, estamos completamente decepcionados de la actitud que el Centro de Estudiantes ha tomado, tomando en cuenta que es sabido por la Comunidad entera que, gracias a gestiones personales de la anterior dirigencia, más de 40 compañeros pudieron asistir al VIII Congreso de Santiago. Asumimos nuestra responsabilidad al no juntar los medios de verificación para las rendiciones de cuentas correspondientes al II Semestre 2007, pero creemos que es absolutamente improcedente dudar de la probidad de nosotros, ya que, si bien la remesa es de alrededor de $80.000, la dirigencia anterior hizo las gestiones para reunir y distribuir más de $400.000 entre ponencistas y asistentes, hechos que son sabidos por toda la asamblea ya que las decisiones de aquellos dineros se tomaron en conjunto y de forma abierta y transparente. No puede ser más desmotivante que, tras aquel esfuerzo, se dude de nuestras intenciones.

4. Tomando en cuenta los hechos anteriormente expuestos, queremos dejar presente que no asumiremos responsabilidades dentro de los procesos que actualmente está viviendo la carrera de Sociología en términos de organización, por razones que, como anteriormente señalamos, corresponden a decisiones personales de los abajo firmantes. Nos encontramos absolutamente decepcionados de cómo se están manejando las situaciones, y no nos prestaremos, de ninguna forma, para desviar la atención respecto de las responsabilidades políticas que la actual dirigencia debería asumir, y esperamos no tener que volver a referirnos a los temas de los que actualmente se nos responsabiliza, por cuanto, no son responsabilidad de nosotros. Sin embargo, abogamos por la consecución exitosa de los procesos que actualmente se están desarrollando, ya que el éxito de la carrera es, finalmente, un éxito para toda la comunidad de sociología.

Adjuntamos además, el correo donde se hizo entrega de los datos anteriormente expuestos al Centro de Estudiantes con fecha 2 de Abril de 2008.

Un abrazo cordial y fraterno,

Jaime Martinez Antivil

Romina Olave Campos

Carlos Rilling Tenorio

Gonzalo Serrano Solís

Orgánica de Estudiantes de Sociología 2007

Universidad de la Frontera

17.6.08

El paradigma de la sustentabilidad en la encrucijada: Biocombustibles en la Araucanía




Dentro del inconsciente colectivo de la sociedad en la que vivimos, está cada vez más presente la idea de interconexión o concatenación: nuestras vidas y nuestras decisiones, tanto individuales como sociales, ya no se encuentran aisladas a la influencia de nuestro entorno cercano, ya sea en términos geográficos o temporales; el fenómeno de la globalización –que a pesar de lo que se crea, es bastante más antiguo que la internet- nos ha convertido de forma cada vez más profunda en ciudadanos del mundo, haciéndonos parte también de las decisiones que en este mundo se toman, y de las consecuencias que estas acciones generan. Estas acciones están determinadas por una intencionalidad que esta tras ellas; si el mundo busca obtener las ganancias más altas de sus acciones, entonces podemos decir que el mundo opera bajo una racionalidad económica. El postulado que vengo en exponer es que, si dentro de la racionalidad económica como motivación de las acciones sociales esta el incentivo hacia el desarrollo de fuentes de biocombustibles en la Araucanía, el futuro de esta iniciativa es, al menos, incierto.

Tomando como premisa básica los postulados de Ulrick Beck, podemos entender que coexistimos en una sociedad moderna ha creado riesgos socialmente, a los cuales los miembros de esta sociedad se enfrentan y que pueden ser la causa de su propia eliminación. Es dentro de este contexto que surge el riesgo ecológico, que de acuerdo a las consideraciones de Enrique Leff, es la consecuencia de una estresante actividad económica humana, que ha sobreexplotado los recursos naturales y puesto en riesgo los ecosistemas y los productos que de ellos obtenemos para nuestra supervivencia; se ha alcanzado, señala Leff, un límite en la racionalidad económica, cuyos signos son la destrucción ecológica, la degradación ambiental y el deterioro globalizado de la calidad de vida. La humanidad, como nunca antes en su historia, está enfrentada a su propia eliminación producto de los procesos que ha desarrollado para su supervivencia. La dependencia en la actualidad de los recursos fósiles ha llevado a los organismos internacionales a incentivar el desarrollo de formas alternativas para suplir la demanda energética; un caso clásico es la preocupación mundial por el desarrollo de combustibles renovables, o biocombustibles[1], que actualmente son parte de un fuerte debate respecto de cómo el uso de recursos y materiales anteriormente destinados a la producción agrícola ahora pasan al plano de la producción energética, en el contexto de una naciente crisis agroalimentaria. Por tanto, el paradigma de la sustentabilidad[2] y del uso racional de los recursos de forma equitativa y equilibrada se ve cuestionado y puesto en una encrucijada en la que, actualmente, existen dos opciones: o producir alimentos, o producir combustibles.

Dentro del mundo que mencionaba anteriormente, y del que somos ciudadanos completamente conectados, debemos ubicarnos, a modo ilustrativo, en el borde, o lo que se conoce como Modernidad Periférica[3]: como país no formamos parte de las decisiones, sino que asumimos las determinaciones y reaccionamos frente a las demandas de una Modernidad Central (o economía central). Si bien es cierto podemos entender que existe una evolución y una generación de nuevas dinámicas dentro de esta relación centro – periferia, marcadas principalmente por la inclusión de los mercados asiáticos a las zonas decisionales de la política internacional, Chile sigue siendo periferia: una economía completamente abierta al mundo, con tratados de libre comercio con las economías dominantes del orbe, pero que, producto de esta relación de dependencia, ahora es abiertamente dependiente de sus clientes; por tanto, desde el minuto en que en la agenda internacional se instala la necesidad de la investigación y la generación de combustibles basados en productos tradicionalmente agroalimentarios, el mundo agrícola y científico chileno se vuelca hacia la búsqueda de espacios y formas para instalar estos requerimientos, desplazando la satisfacción de necesidades que anteriormente parecían impostergables, como lo son la producción de trigo[4].

La Región de la Araucanía representa el 37.5% de la producción de trigo a nivel nacional (equivalente a 500 mil quintales y 108 mil hectáreas sembradas)[5]. A nivel país, en Chile producimos el 40% del trigo necesario para la satisfacción de las necesidades de mercado; el 60% restante es importado, principalmente de países como Argentina, Canadá, y Estados Unidos. Sin embargo, la tendencia dentro de la Región de la Araucanía es a la disminución de las plantaciones de trigo y la sustitución por cereales usados en la producción, según los resultados entregados en el “Informe de Presentación de Resultados Preliminares del Censo Agropecuario 2007”, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas. El porcentaje de hectáreas usadas para la siembra de trigo disminuyo, en el período 1997 – 2007 en casi un 40%.

La contraparte esta en el énfasis que ha puesto el gobierno en señalar que la Región de la Araucanía es un productor potencial de Biocombustibles. Aun cuando no aparece explícitamente señalado dentro de la Estrategia
Regional de Desarrollo actual, en diversas ocasiones se ha señalado, de parte de las autoridades regionales, el hecho de que el futuro del mercado de la Región en el ámbito de los cereales va en esa dirección[6]. En el contexto de lo anterior, es necesario preguntarse: ¿Cuáles de los incentivos y declaraciones anteriores obedecen a un estudio y proyección a largo plazo y cuales corresponden al aprovechar la contingencia internacional sin considerar las consecuencias en el tiempo?

A modo de conclusión, la tesis que vengo en plantear es que no se está pensando en un fortalecimiento de la economía interna a largo plazo con la implementación de políticas de incentivo al uso de tierras agroalimentarios para producir combustibles, sino que se está reaccionando a las presiones de la comunidad internacional; el riesgo que estamos viviendo es el de no poder posicionar nuestras propias necesidades internas, y que aún cuando estas decisiones internacionales aparezcan bajo el argumento de una racionalidad ambiental, tras ellas prima una racionalidad económica que anula sus efectos y que, una vez más, nos conduce a tomar las decisiones equivocadas.



[1] Por definición se entiende por Biocombustibles al Biodiesel, Bioetanol y Biogás que se produzcan a partir de materias primas de origen agropecuario, agroindustrial o desechos orgánicos. La pronunciación de que la producción de estos biocombustibles precisa de materias primas como la soja, remolacha, trigo, cebada, etc., es un tema no menor, frente al posible cambio que podrían tener estas propias materias primas, ya no vistas como comestibles, sino como semillas transformadas a la creación de biocombustibles.

[2] A partir de 1987 comienza a instalarse dentro de las políticas públicas a nivel mundial el concepto de Desarrollo Sustentable / Sostenible, que se sustenta en el uso equilibrado del medio ambiente para producir medios de subsistencia asegurando la perdurabilidad del ambiente. El Desarrollo Sustentable suma fuerza dentro de Latinoamérica, y que actualmente es una piedra angular de las políticas de desarrollo económico y planificación de Chile y de la Región de la Araucanía.

[3] El concepto de Modernidad Periferica ha sido trabajado in extenso por Beatriz Sarlo y Nestor García Canclini, siempre en los términos de (…)relaciones con la modernidad central a través de la copia y la imitación, que generan adaptación forzada y atraso(…) (Sarlo, 1988)

[4] El gran indicador de la crisis agroalimentaria en Chile fue el precio del pan durante los meses

[5] Información proveniente de COTRISA, disponible en http://www.cotrisa.cl/mercado/trigo/nacional/distribucion.php

[6] http://www.sustentable.cl/Portada/noticias/7217.asp

Imagen de: http://www.larepublica.com.uy/publicaciones/101/20080324/images/304182_0.gif